Más luego la cómodidad que te da un coche nuevo en cuanto a mantenimiento, lo compras con todas las piezas y elementos de desgaste en perfecto estado y aquellas que salen defectuosas la garantía las sustituye.
En cambio un coche de segunda mano con amplio uso y años has de tener una reserva para acondicionamiento, ya sea cambiar frenos, embrague, neumáticos... Es decir, todos aquellos gastos de los cuales se ha querido desentender su dueño anterior.