Al cambiar las pastillas traseras es frecuente plantearse dos preguntas:
- ¿Para qué leches sirven las chapitas que se intercalan entre el pistón y la pastilla?
- Suponiendo que sirvan para algo, ¿cómo leches iban puestas, para arriba o para abajo?
Para dejarlo claro, y para responder a ambas preguntas, he aquí un esquema de la pinza vista desde delante:
A diferencia de las delanteras, que van ancladas en sus extremos, las pastillas traseras van sujetas únicamente por la parte central. Eso hace que el rozamiento de las pastillas contra el disco genere un ligero par de fuerzas en éstas, que tiende a apretarlas contra el disco en la parte superior y a separarlas en la inferior.
La consecuencia es un mayor desgaste por arriba que por abajo, lo cual provoca que se desgasten un poco en cuña; para contrarrestar este efecto se montan las chapas en la parte inferior, que generan un acuñamiento inverso y consiguen así un desgaste más uniforme.